Dirigir la orquesta: comunicación y atención.
Jugar a dirigir la orquesta se trata de una actividad muy utilizada por su atractivo para grupos de niños mayores de 3 años.
Colocados en semicírculo, cada uno tiene un instrumento de pequeña percusión. Uno de ellos se coloca delante del resto con una batuta e indica con movimientos cómo quiere que toquen sus compañeros, improvisando indicaciones expresivas de tempo y dinámica, jugando con sus variaciones, la pausa y el reinicio posterior.
Con esta actividad:
– Favorecemos la comunicación y la expresividad.
– Se refuerza la conciencia corporal y de las capacidades de uno mismo.
– Desarrollamos la coordinación motriz.
– Aprenden a improvisar con ritmos simples, así como con el movimiento corporal.
– Se trabaja la atención visual y auditiva.
– Se favorecen las relaciones sociales entre los niños por medio de la atención a los compañeros.
– Se crea un ambiente en el que se permite alcanzar todos los objetivos anteriores con un carácter lúdico.
El juego del director también puede usarse para la práctica de la lectura musical convencional, como aparece en el siguiente vídeo :